Cómo parar el cambio climático con la agricultura regenerativa

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Quizá hayas oído que la agricultura regenerativa podría ser una herramienta clave para revertir el cambio climático. Esta metodología para la producción de alimentos potencia los ciclos naturales que capturan el carbono atmosférico y lo depositan en el suelo, reduciendo la concentración de carbono en la atmósfera al mismo tiempo que aumenta la fertilidad y la capacidad de retención de agua de los terrenos.

En este artículo hacemos un repaso de qué es el cambio climático y cuáles son sus causas y sus posibles consecuencias. Después te contamos de qué manera puede la agricultura regenerativa contribuir a su solución.

Un delicado equilibrio climático

Hasta donde sabemos, la tierra es un oasis de vida en el Universo. Gracias a una serie de factores que confluyen milagrosamente en nuestro planeta, como su tamaño, su distancia al sol, la presencia de la Luna, la duración de su rotación y traslación, la inclinación de su eje, y muchas otras variables, en este rincón del sistema solar se han dado las condiciones ambientales necesarias para que pudiera tener lugar el desarrollo de la vida.

Foto de NASA en Unsplash

Durante la larga historia del planeta, el delicado equilibrio entre dichos factores se ha desestabilizado en muchas ocasiones, debido a variaciones en la radiación solar o en los parámetros orbitales, o al impacto de meteoritos, entre otros.

Como consecuencia, el planeta ha experimentado muchos cambios climáticos, más o menos abruptos, que siempre han tenido consecuencias, más o menos desastrosas, sobre sus habitantes.

Pero hace poco más de 100 años se inició un cambio climático diferente a todos los anteriores.

Emisiones de carbono y calentamiento global

A partir de la revolución industrial, las actividades humanas han estado emitiendo CO2 y otros gases a la atmósfera, provenientes principalmente de la quema de combustibles fósiles, pero también de las actividades agrícolas, la deforestación, y otros.

Las emisiones han sido tan gigantescas, que los niveles de CO2 en la atmósfera han pasado de 280 partículas por millón (ppm) en el siglo XIX, hasta más de 400 ppm en la actualidad.

nivel de carbono atmosférico a lo largo de la historia de la Tierra
Fuente: NASA. Datos: Luthi, D., et al.. 2008; Etheridge, D.M., et al. 2010; Vostok ice core data/J.R. Petit et al.; NOAA Mauna Loa CO2 record.

El CO2 es un gas inocuo y se encuentra en concentraciones pequeñísimas en la atmósfera, por lo que a priori podría parecer que el aumento de su concentración no tiene mayores consecuencias.

Sin embargo, el CO2, junto con otros gases que también emiten a la atmósfera las actividades humanas, como el metano (CH4) o el óxido nitroso (N2O), provocan un fenómeno conocido como efecto invernadero.

Explicado en términos sencillos, el efecto invernadero no es más que el aumento de la temperatura promedio de la atmósfera debido a que los rayos solares pueden penetrarla, pero no pueden salir con tanta facilidad.

La energía se acumula, y el planeta se calienta. De ahí que los gases de efecto invernadero sean responsables del calentamiento global.

Por lo tanto, por primera vez en la historia del planeta Tierra estamos ante un cambio climático provocado por la acción humana.

Un evento sin precedentes que amenaza con cambiar las condiciones ambientales hasta el punto de poner en peligro nuestra propia existencia.

El cambio climático ya es una realidad

Según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), que el calentamiento global tiene su origen en las actividades humanas y que está poniendo en riesgo el bienestar humano y la salud del planeta ya no es una hipótesis, es una certeza.

Sexto informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático

Puedes descargarte el informe completo en este enlace.

Además del aumento ya constatado de la temperatura promedio del planeta de 1,1 °C, los científicos del IPCC aseguran que ya estamos siendo testigos de fenómenos meteorológicos extremos (olas de calor, olas de frío, sequías, inundaciones, etc.) provocados directamente por el cambio climático.

Al aumento del nivel del mar provocado por el deshielo de los casquetes polares, que afecta a las zonas costeras donde vive el 40% de la población, tenemos que añadir otros fenómenos estremecedores como eventos de mortalidad generalizada de árboles, incendios de magnitud desconocida, muertes de coral a una escala inimaginable y múltiples extinciones locales [1].

Además, la falta de agua y comida derivada del cambio climático ya está provocando crisis humanitarias y migraciones masivas.

Finalmente, los científicos temen que, si superamos el incremento de 1,5 °C en la temperatura promedio, se puedan desarrollar fenómenos realmente catastróficos, como la parada de la circulación termohalina, la cinta transportadora oceánica [2].

Por eso la comunidad internacional se ha fijado este valor de 1,5 °C como el máximo aumento que nos podemos permitir en la temperatura promedio del planeta.

Lamentablemente, todo indica que muy pronto será alcanzado y rebasado, situando a la humanidad en una crisis de escala global sin precedentes.

Entonces, ¿cómo mitigamos el cambio climático?

Para evitar o minimizar todos estos desastres la comunidad científica internacional propone diversas estrategias urgentes, incluyendo la sustitución de los combustibles fósiles por energías renovables y limpias, la restauración de los ecosistemas, cambios en la dieta de las personas y también en los sistemas productivos agrícolas.

La mayoría de estas medidas tienen como objetivo reducir las emisiones de carbono, y sin duda son muy necesarias.

Pero en pocas ocasiones se menciona que en el ciclo del carbono no solo hay fuentes, sino que también hay sumideros, es decir, elementos que pueden capturar carbono, eliminándolo de la atmósfera.

Uno de ellos es el suelo, donde además el carbono pasa de ser un problema a ser un valioso recurso, ya que un suelo con más carbono es un suelo más fértil y con más capacidad para absorber agua.

Entonces, lo realmente importante no son las emisiones brutas de carbono (CO2 emitido), sino el balance neto (CO2 emitido – CO2 capturado).

La buena noticia (por fin) es que tenemos a nuestra disposición una tecnología que nos permitiría realizar una intervención masiva en el planeta, que está probada y disponible para ser diseminada y aplicada ahora mismo.

A diferencia de las estrategias centradas en la disminución de las emisiones, que además implican cambios normativos muy complejos y que de momento no están teniendo lugar, su coste es mínimo, se puede adaptar a cualquier lugar, y la podríamos desplegar mañana mismo con beneficios que van mucho más allá de la estabilización del clima.

¿Sabes cuál es esta tecnología?

Convirtiendo el problema en la solución con la agricultura regenerativa

De acuerdo con el Instituto Rodale [3], que lleva décadas realizando estudios científicos y comparando distintos sistemas productivos, si la agricultura regenerativa se adoptara a escala global, podríamos llegar a secuestrar el 100% de las emisiones actuales de gases de efecto invernadero, o incluso más.

Las técnicas regenerativas maximizan la captura de carbono atmosférico en el suelo a través del proceso natural de la fotosíntesis, y se pueden llevar a cabo de forma barata y sencilla por agricultores de todo el planeta.

La fotosíntesis fija carbono atmosférico en el suelo

La fotosíntesis es el mecanismo por el cual las plantas obtienen energía para poder vivir. Para que pueda tener lugar, la planta necesita CO2, que obtiene directamente de la atmósfera.

La agricultura regenerativa hace uso de este mecanismo natural para capturar carbono atmosférico e inyectarlo directamente en el lugar donde es más beneficioso, en el suelo.

Estos son algunos mecanismos mediante los cuales la agricultura regenerativa reduce la cantidad de carbono que hay en la atmósfera:

Prescindiendo o minimizando la labranza. Labrar provoca la oxidación de la materia orgánica y por lo tanto la emisión de carbono a la atmósfera. En agricultura regenerativa intentamos no labrar, o lo hacemos lo menos posible.

Evitando el uso de abonos y fitosanitarios de síntesis. La masa microbiana de un suelo está compuesta en gran medida por carbono. El uso de agrotóxicos destruye la vida microbiana, mientras que la agricultura regenerativa la fomenta. 

Disminuyendo el uso de combustibles fósiles. La agricultura regenerativa elimina el uso de abonos y fitosanitarios de síntesis, cuya fabricación y transporte consume grandes cantidades de energía.

Utilizando cubiertas vegetales. Las plantas obtienen la mayoría de los minerales que necesitan para vivir a través de sus raíces. Pero la mayoría de los minerales que hay en el suelo se encuentran bloqueados y las plantas no los pueden utilizar directamente. Para hacerlo necesitan que antes sean procesados por los microorganismos. Los exudados ricos en carbohidratos que segregan por sus raíces son la moneda de cambio que utilizan para obtener esta ayuda, y constituyen el 40% del carbono que la planta obtiene a través de la fotosíntesis.

Utilizando abonos orgánicos ricos en carbono como el compost y el estiércol. Al incorporarlos al suelo aumentamos su contenido de carbono y evitamos que este se pierda o vuelva a la atmósfera.

A través del pastoreo correcto de los animales. El manejo correcto del ganado, con un tiempo de permanencia corto y un tiempo de reposo adecuado, maximiza el crecimiento de las plantas y por lo tanto la captura de carbono mediante la fotosíntesis. Esto significa que el manejo correcto del ganado previene el calentamiento global, no lo provoca. Sí, aunque sean vacas.

Piénsalo. Si vamos a usar las tierras para producir alimentos, algo que tenemos que seguir haciendo para alimentarnos, ¿por qué no aprovechar para producir esos alimentos capturando carbono y reduciendo las emisiones?

Nosotros en The Regen Academy tenemos claro que este es el camino. Si estás con nosotros, comparte este contenido y ayúdanos a correr la voz: ¡el cambio climático es muy real pero aún podemos hacer algo para revertirlo!

 

REFERENCIAS

[1] https://theconversation.com/informe-ipcc-la-amenaza-del-cambio-climatico-sobre-el-bienestar-humano-y-la-salud-del-planeta-es-inequivoca-177938

[2] https://www.vilaweb.cat/noticies/emergencia-climatica-com-hem-arribat-fins-aqui-i-quines-solucions-hi-ha-2/

[3] https://rodaleinstitute.org/wp-content/uploads/rodale-white-paper.pdf

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